Y un viajero dice presente al ocaso de mi esperanza, y su deleite por mis versos me inspira a crear un capítulo sin nombre pero con emociones potentes.
Y no llegó; él siempre estuvo ahí, ahí en el hemisferio norte de mi mundo, ahí en el cuadrante antiguo de mis recuerdos, ahí en la adolescencia de mis años, ahí... Tan aquí como lo tangible de lo invisible.
Y una prosa, una prosa situó su GPS en mi espacio, y mi espacio disfrutaba de su atención, y así dos polos tan opuestos demostraban que es posible conectar lo paralelo con las cruzadas de las poesías, con lo contrario de las vivencias, con los símiles de nuestras historias.
Y entre viajes, historias, sintonías y verdades... Vamos escribiendo mucho más, más libres, más profundos, más realistas, menos ocaso. #M 7/2/2020
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