El: Gotas de lluvia caen sobre la ciudad, como cuando gotas de sudor se derraman en tus curvas haciendo que mi pluma pierda el control.
Ella: Si las gotas de lluvia te causan desvelos, mi paladar te invita a lo curioso, si mis curvas te producen deseo; pues te invito al descanso de las sienes en el invierno del ecuador que dibuja la línea de la utopía.
Él: Lluvia cae sobre mi ciudad, con ella una regata de felicidad se libera, el aire agita cada gota, destellos de luz en tu mirada, sueños que emergen de tu sonrisa tierna y dulce.
Ella: Ternura que aprieta los sensores del agotado movimiento que paso a paso va descifrando el código escondido en el umbral del infinito.
El: El umbral que en tus pieles se hace corto, tus pieles envueltas en mi, y mi yo adentrado en tu infinito.
Ella: Tus poemas son las voces que detallan lo vivido en el hemisferio que ocultas por miedo a lo que aún no descubro.
El: descubrirte quiero para aprender a navegar en otro mar curioso, lo ocurrente de tus horas, da a luz a los gemidos que mi pluma desea entonar. Y no tengas miedo, prometo respetar nuestro lecho, haciendo indeleble nuestra unión.
Ella: Y si el presente descubriera tus tonos y los pintara del color de lo visible? Harías un trecho para esconder la aguja que persiste, allá en la cúspide de tus desiertos?
El: dónde estas? Pues estaré ahí en instantes, para abrir el telón de una obra que promete no acabar.
Ella: ya estoy aquí. Me invitas a entrar?
2016
Este poema fue escrito por dos poetas, fue un debate de versos entre ambos, pues él decía que yo no seria capaz de seguirle la corriente... luego tuvo que reconocer que, mas bien él no podría seguir la mía.
Poema escrito por Ruth Esther Ramírez (Llauger), y otro poeta nacional.
Comentarios
Publicar un comentario