Y fué esa lluvia la responsable del encuentro de éstos seres,
Seres que la distancia los hizo conocer el arte de lo curioso.
Curioso fueron los versos que de sus almas brotaban, para dar a luz a un volcán en plena erupción.
Y él, él solo deseaba caminar su suelo sin fronteras y ella, ella quería volar por sus aires sin más tripulantes, y entre sus deseos emanaban los deseos como si fuera una canción de él para ella y ella no le era indiferente al responder:
Él: Solo que para mi seria especial poder ser parte de una gota de agua que haga húmeda y me empuje a la entrada hacia el umbral de tu infinito.
Ella: Esa gota es la espera que con ansias, va corriendo en medio de aquel bosque fronterizo entre las pasiones, entre las verdades.
Él: Pasiones que hacen que la gota cada vez crezca más y más y termine siendo una fuente de agua a presión que rompa con todos los mitos y las verdades que parecen ser verdades pero en verdad no lo son.
Ella: Verdades que ocultan instintos, instintos que gritan lo oculto del deseo reprimido por no poder ser libres en el arte del placer.
Él: Arte que me da la libertad de pensar e imaginar que con lo que comenzó siendo una gota terminó siendo una fuente, fuente en la que creció un pez, pez que más adelante una joven tal Pandora, lo rescató y lo llevó a su pecera para que ese pez toque su nariz y sea navegante en sus mares libremente.
Ella: Y ella fué testigo del océano que desataba en la mente de aquel caminante, que con un suspiro la quiso llevar a nadar entre unas nubes y ver llover entre las rocas.
Y así entre ellos, fueron escribiendo sus propias notas, sus propios versos, su propia historia.
12.7.21
Poema de Ruth Esther Ramírez (Llauger)
Muy bonito gracias por compartir
ResponderEliminarGracias mil amor
Eliminar